
La luz del día se estaba haciendo más y más tenue, el día llegaba a su fin y la noche cálida del trópico se dejaba sentir, por el aire ya se esparcía el aroma de las flores que solamente se abren durante la noche, que de abrirse de día perderían por el intenso sol tropical la preciada humedad que todas las plantas guardan con celo para su vida. Estas son flores de noche y son tan bellas como las que se abren de día, su aroma es igualmente intenso y agradable para los encargados de ir a visitarlas y esparcir el polen por las demás flores de la selva de noche, una selva diferente y a la vez la misma que da paso a la vida nocturna de la selva tropical, tan intensa como la de día.
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