Hay que sentirse en verdad orgulloso. Un niño de origen mexicano que había soñado ser astronauta no solo convierte sus ilusiones en realidad sino que llena de alegría a una nación envuelta en una crisis y logra que más de uno piense: "Sí se puede....".
Claro, como bien dijera uno de nuestros invitados, en Ke Pex, hay que estar dispuestos a pagar un precio y muchas veces ese costo el alto. Pero aquellos que tienen un Alma Grande saben que por duro que sea el camino llegarán a la meta.
José tuvo una niñez de trabajo y estudios, de mirar a los demás niños descansar mientras él tenía que estar en el campo norteamericano, laborando de sol a sol junto a sus padres. Observar cómo otros llegaban a nuestro cielo le inspiró a querer ser como ellos. El programa Apollo fue su inspiración y más tarde el primer astronauta mexicano, el Ing. Rodolfo Neri Vela fue su héroe. De esta forma, José Hernández trazó su destino con valor y superando cada obstáculo. Un ejemplo que muchos deberíamos seguir.
Troy