28 de noviembre de 2009

100 Años de Actividad Chiclera en Quintana Roo

En la época prehispánica, al chicle se le conocía como "tziclti" en náhuatl y los mayas lo llamaban "sicté". Lo extraían del "yaa" o chicozapote, un árbol resistente y generoso del cual obtenían savia, resina y madera. Para obtener la savia, hacían incisiones en la corteza del árbol en líneas descendientes en zigzag, para que escurriera, y la recogían en jícaras que sujetaban del tronco. Lo extraían en pequeñas cantidades y lo usaban principalmente para masticar, limpiar la dentadura y para salivar y mitigar la sed. La resina del árbol les servía para hacer velas que utilizaban en las ofrendas para sus deidades, o para alumbrar sus casas, y la madera se usaba para la construcción.

Aunque el chicle ya era explotado por lo mayas desde siglos antes, no fue sino hasta 1917 que se inició la producción de chicle organizada, financiada mayormente por extranjeros. Los primeros chicleros eran de lugares como Veracruz, Yucatán, Chiapas y Belice.

La actividad chiclera en Quintana Roo ha tenido varios auges. En los últimos 100 años, los productores de chicle han enfrentado altas y bajas; la caída en el precio en los mercados internacionales y la competencia de las gomas de mascar sintéticas los han hecho enfrentar crisis importantes. Por muchas décadas se vendió el chicle natural principalmente a Japón, después la goma base a algunos otros países, y actualmente están incursionando en la exportación de una goma de mascar orgánica libre de productos químicos llamada "Chicza", que se presentó con gran éxito por primera vez en Europa en 2007, y éste año en la Biofach, la feria de productos orgánicos más grande del mundo, donde además fue incluido entre los 20 productos más novedosos del año.
Yami