Posiblemente sea una sorpresa... quizás no. Todo depende el ángulo de pensamiento de cada uno. En este caso, las imágenes, para variar, hablan más que mil palabras:
Las balas son una rusa y la otra francesa y son de la Guerra de Crimea de 1853 al 1856.
Gracias a Jordi, como siempre por permitirnos su material.