26 de abril de 2011

Piratería, negocio de hombres jóvenes


En los últimos cinco años, la piratería en México se transformó en un negocio que creció 500%, y se sofisticó al especializarse en productos populares con presentaciones económicas, o destinados a nichos de mercado más grandes.

A esa conclusión llegó un estudio de Grupo Multisistemas de Seguridad Industrial (GMSI), el cual también menciona que las edades de quienes realizan este delito oscilan (en un gran porcentaje de los casos) entre los 18 y 25 años.

La situación laboral es el tema que más agobia a este sector de la población. El 35.6% de jóvenes entre 18 y 29 años menciona la falta de oportunidades laborales como el principal problema a enfrentar, seguido de las adicciones, con 11.1%, según la Encuesta Nacional de Discriminación, realizada en más de 13,000 hogares por el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred) y el Área de Investigación Aplicada del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM.

La baja remuneración, aunada a la dificultad de encontrar un empleo estable, pueden generar en los jóvenes la voluntad de participar en estos negocios. En muchos casos, además de vivir en una situación de pobreza, la población de menores se puede enfrentar a la tentación del dinero fácil. Se preguntan "¿porqué estar tantas horas en un trabajo que paga poco? Si en otro puedo conseguir cierto ingreso en menor tiempo". La decepción del empleo es el tema donde más tienen que trabajar escuelas y familias, dice la orientadora vocacional y psicóloga por la UNAM, Fernanda Pérez.

Los chicos entre 18 y 25 no sólo trabajan en la piratería, sino que son grandes consumidores. Las personas de nivel económico medio y superior de esas edades son quienes más adquieren artículos apócrifos, según datos de la Confederación de Asociaciones de Agentes Aduanales de la República Mexicana.

Entre los sectores más golpeados por este delito, de acuerdo con datos de la Confederación, destacan la industria del vestido: de cada 10 prendas, cinco tienen su origen en la falsificación; y el cine, donde nueve de cada 10 películas adquiridas son ilegales.

Hasta hace cinco años, la piratería clonaba objetos de valor aspiracional (artículos de lujo). Ahora, va en aumento la copia de productos de marcas relativamente baratas. Otra tendencia es hacer nueva mercancía de firmas reconocidas, aunque esa marca no elabore dichos diseños, dice el presidente de GMSI, Alejandro Desfassiaux.

"No existe una cultura de prevención delictiva en las empresas. La información clave no se regula y esto genera que la piratería crezca un promedio de 100% año tras año", advierte Desfassiaux.