21 de abril de 2011

Los cristianos se han convertido en un pueblo lejano a Dios: Benedicto XVI


Los cristianos no tienen motivos para alardear, porque se han convertido en un pueblo "de incredulidad y lejano de Dios", indicó el papa Benedicto XVI al abrir el Triduo Pascual con la Misa Crismal, en el día en que se celebra el Jueves Santo.

Sólo hay que mirar al Occidente cristiano, donde ya no quieren conocer a Cristo, señaló el pontífice de 84 años, ante más de 10,000 personas que abarrotaron la basílica de San Pedro del Vaticano. Los cristianos no sólo deben llamarse cristianos, "sino serlo", enfatizó.

El obispo de Roma afirmó que cuando los cristianos hablan de sus tareas comunes, como bautizados, "no hay razón para alardear" y que ese es un asunto que "inquieta".

"¿Somos verdaderamente el santuario de Dios en el mundo y para el mundo? ¿Abrimos a los hombres el acceso a Dios o, por el contrario, se lo escondemos? Nosotros —el Pueblo de Dios— ¿acaso no nos hemos convertido en un pueblo de incredulidad y de lejanía de Dios?", manifestó el papa.

Benedicto XVI agregó: "¿No es verdad que el Occidente, que los países centrales del cristianismo están cansados de su fe y, aburridos de su propia historia y cultura, ya no quieren conocer la fe en Jesucristo?".

Por ello, dijo, hay motivos para implorar a Dios que no permita que su pueblo se convierta en "no pueblo".

"Haz que te reconozcamos de nuevo. Sí, nos has ungido con tu amor, has infundido tu espíritu santo sobre nosotros. Haz que la fuerza de tu Espíritu se haga nuevamente eficaz en nosotros, para que demos testimonio de tu mensaje con alegría", señaló el pontífice.

Aseguró que a pesar de "toda la vergüenza por nuestros errores", no debemos olvidar que también existen ejemplos luminosos de fe, que también hay personas que, mediante su fe y su amor, dan esperanza al mundo.

Entre ellas citó a su antecesor, Juan Pablo II, al que beatificará el próximo 1 de mayo y del que dijo fue un gran testigo de Dios y de Jesucristo en nuestro tiempo, un hombre lleno del Espíritu Santo.

Benedicto XVI se trasladará este Jueves Santo a la basílica de San Juan de Letrán, la catedral de Roma, para celebrar la misa de la Última Cena, en la que tradicionalmente lava los pies a doce presbíteros.

El papa ha decidido que el dinero que se recoja durante la misa se destine a los damnificados del terremoto y tsunami que sacudieron recientemente a Japón y causaron miles de muertos.