27 de enero de 2011

El modelo económico de México, agotado


Por lo menos desde hace 25 años México ha mantenido el mismo modelo económico que ha generado un magro crecimiento de entre 2% y 2.5% en la última década, así como una mayor desigualdad social, dijo Isidro Soloaga, coordinador Académico del Centro de Estudios Económicos de El Colegio de México (Colmex).


Con base en estadísticas del Banco Mundial (BM) que reflejan ese contraste, como por ejemplo que hasta 2008 el 10% más rico de la población acaparó 41.3% del ingreso, mientras que el 10% más pobre sólo tuvo una representación de 1.2%, el especialista comentó que el modelo económico que ha seguido el país por un cuarto de siglo no ha generado un mayor crecimiento, ni ha reducido la desigualdad.

Sin embargo, México enfrenta tres claros problemas. "El primero es que no crece; segundo, la desigualdad persistente, y el otro es de economía política, que hace que los dos primeros factores sucedan", dijo.

La desigualdad económica provoca que la presión política de distintos grupos tenga distintas fuerzas. "Esto hace que, por ejemplo, no pasen reformas que serían importantes para que el país pueda hacer otra cosa", mencionó.

Un ejemplo es la reforma fiscal para dejar de recaudar impuestos a través del petróleo o al consumo -sobre todo a través del IVA-, y para que se genere un cambio que recaude impuestos más progresivos y se logre una mayor presencia del Estado en la economía, con una redistribución del ingreso y una mejora en los servicios públicos que proveen.

Recientemente, economistas de BCP Securities, del National Bureau of Economic Research y de Moody´s Analytics mencionaron que entre los argumentos por los cuales México no ha sostenido tasas de crecimiento más altas podría estar una combinación de mercados de crédito que funcionan pobremente, distorsiones en el abasto de productos locales, e incentivos perversos para la informalidad y el consecuente rezago en el crecimiento de la productividad.

"¿Por qué la economía no crece? Me da la sensación de que México no tiene una clara vocación de tener un programa económico que siente bases para que este crecimiento se dé. El último modelo económico que conocemos es el de la apertura y desregulación económica, que se dio en 1987 cuando se une al GATT. Empezamos con maquila y no pasamos a ningún otro modelo", agregó.

Al enfocarse en el problema del bajo crecimiento económico de México, "uno rápidamente encuentra que es la baja inversión, porque no hay buenas oportunidades y esto se debe a que el tipo de cambio no es competitivo", indicó al dar a conocer la colección de 16 volúmenes "Los grandes problemas de México", en la que participaron más de 200 investigadores del Colmex.

Para que el tipo de cambio sea competitivo tendría que ubicarse entre 14 y 15 pesos por dólar, dijo; en tanto, el gasto público no ha servido como motor para obras de infraestructura que sean complementaria con la inversión privada.

"A finales de los 70 e inicios de los 80, el coeficiente de inversión era de 25%, mientras que en la primera década de este siglo es de 20% del PIB que como inversión es bajo para un país que necesita crecer. Al menos tendría que ser de 25%, como piso, para que la economía crezca a tasas de al menos 5% anual".

En cuanto al tema de la alta y persistente desigualdad en México, comentó que de acuerdo con el Coeficiente de Gini es de aproximadamente 0.50, una cifra alta internacionalmente. Este coeficiente mide la desigualdad en los ingresos y es un número entre 0 y 1, en donde 0 corresponde a la perfecta igualdad (todos tienen los mismos ingresos) y 1 a la máxima desigualdad.

"México está dentro de los países más desiguales del mundo, en una de las regiones más desiguales del mundo, que es Latinoamérica. Por ejemplo, en Suecia o Dinamarca el Gini es 0.30 y no digo que México pase en 20 años a ese nivel, pero sí claramente tiene mucho para bajar", recalcó.

Esas economías que tienen un coeficiente de Gini bajo es que después de que se cobran impuestos, es "la política del sector público que redistribuye los ingresos.

Primero permite a la gente que tenga su ingreso como quiere, pero después tiene una política recaudatoria fiscal, progresiva, que hace que los más ricos, y los que más tienen bienes, paguen más y con eso se hace la política pública redistributiva, mientras que en México es al revés".

En el país hay una clase política que no logra producir acuerdos que permitan a México contar con un modelo productivo.

"Crecemos de milagro, no porque hay un modelo que me diga que habrá más infraestructura. Y las disposiciones de política fiscal (que discuten) es si sube el IVA un punto porcentual o no, cuando es algo que pagamos todos y se estima que alrededor de 4 millones de personas que perciben ingresos no forman parte del sistema impositivo de México".

Aseguró que México tiene dos válvulas de escape: la migración a EU y la facilidad con la que la economía informal se desarrolla. Sin embargo, afirmó que "no hay tiempos fatales y esta situación puede durar mucho tiempo, hay estas válvulas de escape de la sociedad que están muy abiertas y podemos seguir así muchos años, no veo un estallido social a la vuelta".

Aunque reconoció que las soluciones no son fáciles. El problema de México no es exclusivamente económico; al contrario, afirmó, se cuenta con el potencial de gente bien educada, vivimos cerca de un mercado enorme que nos compra lo que podamos hacer (EU), el problema también es político".

Se necesita subir la inversión pública, manejar bien el tipo de cambio, peso, desarrollar una política industrial de verdad, desarrollar el mercado financiero porque el crédito es uno de los más bajos del mundo y quienes consiguen préstamos son los grandes grupos.

"La desregulación económica no ha llegado a México. La presencia de monopolios u oligopolios en muchos mercados, sobre todo en alimentos, hace que los pobres gasten más de su ingreso que los ricos y estudios muestran que por cada peso que una persona en el decil más alto de ingreso gaste en consumo de bienes de este tipo, los pobre gastan 20 centavos más, es decir 1.20 pesos. El sector público debería regular ahí y no regula", destacó el experto.