
Deberán esperar varios días antes de poder entrar a la cubierta con forma de cúpula, que ofrecerá panoramas nunca vistas de 360 grados de la Tierra, el espacio exterior y de la propia estación.
Los astronautas en la Estación Espacial Internacional le adosaron con éxito este lunes una nueva cubierta de observación de 27 millones de dólares, luego de pasar una noche larga y frustrante batallando con tornillos atascados y cableados caóticos.
Ahora deberán esperar varios días antes de poder entrar a la cubierta con forma de cúpula, que ofrecerá panoramas nunca vistas de 360 grados de la Tierra, el espacio exterior y de la propia estación.
Las persianas de las siete ventanas, incluida la más grande que se haya usado en el espacio, serán destrabadas durante la tercera y última caminata espacial de esta misión la noche del martes y serán abiertas el miércoles o jueves. Ni los astronautas ni los controladores de misión pueden esperar a disfrutar de las vistas.
Dos astronautas movieron la cubierta con un brazo robot enorme desde un lado al otro de la nueva habitación de la estación, llamada Tranquility. La cubierta había estado adosada a ésta en una posición temporal para poder transportarlas en la cámara de cargas del transbordador Endeavour.
El cambio de posición les llevó varias horas a las tripulaciones del transbordador y la estación. Varios tornillos se atascaron el domingo por la noche, cuando el comandante de la estación Jeffrey Williams los intentaba aflojar para despegar la cubierta de la habitación. Siguiendo órdenes de Control de Misión, los astronautas pudieron desatascarlos, pero luego vieron un cable eléctrico que salía de la cúpula.
El director de vuelo Bob Dempsey se tocó la cabeza al enterarse. Los expertos analizaron imágenes transmitidas desde el espacio, mientras Williams aseguraba a todos que el cable no sería un problema, porque ya lo había visto así antes. Tenía razón.
Los astronautas en la Estación Espacial Internacional le adosaron con éxito este lunes una nueva cubierta de observación de 27 millones de dólares, luego de pasar una noche larga y frustrante batallando con tornillos atascados y cableados caóticos.
Ahora deberán esperar varios días antes de poder entrar a la cubierta con forma de cúpula, que ofrecerá panoramas nunca vistas de 360 grados de la Tierra, el espacio exterior y de la propia estación.
Las persianas de las siete ventanas, incluida la más grande que se haya usado en el espacio, serán destrabadas durante la tercera y última caminata espacial de esta misión la noche del martes y serán abiertas el miércoles o jueves. Ni los astronautas ni los controladores de misión pueden esperar a disfrutar de las vistas.
Dos astronautas movieron la cubierta con un brazo robot enorme desde un lado al otro de la nueva habitación de la estación, llamada Tranquility. La cubierta había estado adosada a ésta en una posición temporal para poder transportarlas en la cámara de cargas del transbordador Endeavour.
El cambio de posición les llevó varias horas a las tripulaciones del transbordador y la estación. Varios tornillos se atascaron el domingo por la noche, cuando el comandante de la estación Jeffrey Williams los intentaba aflojar para despegar la cubierta de la habitación. Siguiendo órdenes de Control de Misión, los astronautas pudieron desatascarlos, pero luego vieron un cable eléctrico que salía de la cúpula.
El director de vuelo Bob Dempsey se tocó la cabeza al enterarse. Los expertos analizaron imágenes transmitidas desde el espacio, mientras Williams aseguraba a todos que el cable no sería un problema, porque ya lo había visto así antes. Tenía razón.
Fuente: Uno Noticias