Cuán preocupante resulta enterarse de que, al parecer, suceden cosas dentro del mundo de internet, basadas en el mundo real, que nos pueden afectar y de lo que pocos nos damos cuenta. En Texmelucan estamos bastante más preocupados por las cosas raras que ocurren dentro del H Ayuntamiento que por lo que puedan o no prohibirnos dentro de poco tiempo en Internet.
Ya antes habíamos leído algo acerca del CANON DIGITAL, (no, no se vaya con la finta, no es ninguna marca de cámaras fotográficas) y las protestas que ha originado en España. Sabíamos de algunas reuniones en Europa acerca de las intenciones de varios gobiernos por limitar al usuario de Internet acerca de lo que puede bajar o no bajar y de lo que puede ocurrir con ciertos contenidos audiovisuales. Menos aún sabemos acerca de las consecuencias de compartirlos.
Pero no. En Texmelucan ignoramos esas cosas. No lo sabemos, no nos interesa. Y como no lo sabemos ni nos interesa, pretenderemos que no está sucediendo. Para nosotros en San Martin es más importante saber si en realidad Zavala es chiapaneco o guatemalteco y si Moreno Valle nació o no en el DF. Es más importante enterarse de la debacle interna del PAN y que aquellos que se estaban precandidateando se están quedando como el chinito -nomás milando- y que hoy comenzaremos a deshebrar la Glosa del II Informe de Noé Peñaloza, a partir de las 8 de la noche.
De lo que sucede entre aquellos que desean limitar nuestros accesos a la información, no sabemos nada, o ptetendemos que ni siquiera existe algún riesgo real en nuestras vidas cotidianas y que de todas maneras, en San Martín, nos interesa más saber quién va a pavimentar la calle donde vivimos o tapar los baches. Ese es el nivel de cosas que realmente nos gusta saber.
Pero para cuando nos volvamos cibernautas (si alguna vez lo hacemos) o nuestros hijos comiencen a preguntarnos por qué no funciona su Google o su Ares y por qué se les corta la conexión (a pesar de estar al corriente en sus pagos) y nosotros les digamos que no entendemos esas cosas, entonces y solo entonces empezaremos a darnos cuenta que la política del avestruz nunca ha sido ni siquiera una buena táctica. Ellos, nuestros hijos nos echarán en cara nuestra propia ciberignorancia y dejadez. Y ojalá que solo fuese eso. Habrá consecuencias familiares debido a ello. Cerrar los ojos ante la avalancha de la realidad actual dentro del campo del Internet no evita que esté ahí, influyendo ya en nuestra vida diaria y que nos guste o no, afectará la vida de nuestros hijos dentro de muy poco tiempo, en forma diferente a como la ha afectado hasta ahora.
Ya antes habíamos leído algo acerca del CANON DIGITAL, (no, no se vaya con la finta, no es ninguna marca de cámaras fotográficas) y las protestas que ha originado en España. Sabíamos de algunas reuniones en Europa acerca de las intenciones de varios gobiernos por limitar al usuario de Internet acerca de lo que puede bajar o no bajar y de lo que puede ocurrir con ciertos contenidos audiovisuales. Menos aún sabemos acerca de las consecuencias de compartirlos.
Pero no. En Texmelucan ignoramos esas cosas. No lo sabemos, no nos interesa. Y como no lo sabemos ni nos interesa, pretenderemos que no está sucediendo. Para nosotros en San Martin es más importante saber si en realidad Zavala es chiapaneco o guatemalteco y si Moreno Valle nació o no en el DF. Es más importante enterarse de la debacle interna del PAN y que aquellos que se estaban precandidateando se están quedando como el chinito -nomás milando- y que hoy comenzaremos a deshebrar la Glosa del II Informe de Noé Peñaloza, a partir de las 8 de la noche.
De lo que sucede entre aquellos que desean limitar nuestros accesos a la información, no sabemos nada, o ptetendemos que ni siquiera existe algún riesgo real en nuestras vidas cotidianas y que de todas maneras, en San Martín, nos interesa más saber quién va a pavimentar la calle donde vivimos o tapar los baches. Ese es el nivel de cosas que realmente nos gusta saber.
Pero para cuando nos volvamos cibernautas (si alguna vez lo hacemos) o nuestros hijos comiencen a preguntarnos por qué no funciona su Google o su Ares y por qué se les corta la conexión (a pesar de estar al corriente en sus pagos) y nosotros les digamos que no entendemos esas cosas, entonces y solo entonces empezaremos a darnos cuenta que la política del avestruz nunca ha sido ni siquiera una buena táctica. Ellos, nuestros hijos nos echarán en cara nuestra propia ciberignorancia y dejadez. Y ojalá que solo fuese eso. Habrá consecuencias familiares debido a ello. Cerrar los ojos ante la avalancha de la realidad actual dentro del campo del Internet no evita que esté ahí, influyendo ya en nuestra vida diaria y que nos guste o no, afectará la vida de nuestros hijos dentro de muy poco tiempo, en forma diferente a como la ha afectado hasta ahora.
Cuando veo o escucho a alguien diciendo que estas cosas de Internet no son para ellos, que no les interesa, que pueden vivir sin las pornochadas del cibermundo, solo meneo la cabeza, apenado, pues me doy cuenta cuán limitado es su mundito interior. Lo lamentable, que muchos de nosotros tenemos hijos que, lo aceptemos o no, son cibernautas de tiempo completo. Y es ahi donde surgen los problemas, porque mientras los padres de estos hijos ni siquiera reaccionan ante la omnipresencia de Internet, algunas mentes ya trabajan en cómo limitarla y coartar el derecho a la información. Y eso, amigos míos, nos debiera interesar a todos desde ahora mismo.
Troy