22 de noviembre de 2009

Quetzalcoatius, Pterodáctilos, T Rex, ellos y mucho más en el Museo del Desierto de Sonora


Desde el Norte de México, Carlos Mendoza nos escribe maravillas:


"Coahuila México. Es este uno de los estados de los llamados norteños de este país en el que ahora ando, por tener raíces norteñas un servidor; pues a mi me gusta mucho ir al norte, a Nuevo León y Coahuila son mis estados de preferencia.

Pasé algunos días en la bella capital de Nuevo León la enorme Monterrey, que para nada es un DF, Monterrey es Monterrey porque su gente es del norte y como el norte no hay igual, así como acá en el centro Puebla es Puebla y no es un DF chiquito ni nada que se le parezca. Uno de mis objetivos en Monterrey era y fue el de hacer el recorrido del río de Santa Lucía, hoy llamado Paseo de Santa Lucía, en una de sus pintorescas lanchas, con sus guías que se dicen capitanes de navío e ir a CINTERMEX, el ahora transformado en Parque Fundidora, de lo que fuera la Siderúrgica más grande del país, no sé pero quizá una de las más antiguas.

Luego de ir a estos lugares y recorrer parte de la ciudad enorme y connurbada, por ejemplo con el municipio más rico del país y se dice que de latino América, San Pedro Garza García y su famoso edil por polémico y hasta más bocón que el de San Martín, que ya es decir mucho y de verdad, mucho más rico que éste que sufrimos acá. Monterrey tiene de todo como el modesto municipio de Santa Catarina o Escobedo, San Nicolás, en fin que Monterrey es riquísimo en barrios y rincones, pero más que nada en riqueza humana como lo es todo este bendito norte que a Dios gracias tiene este sufrido país.

Un día muy de mañana salimos para Saltillo la capital de Coahuila por la nueva carretera que está al final de la “Morones” por el rumbo del barrio de la Husteca de municipio de Santa Catarina y en menos de una hora ya estábamos en Saltillo, otra hermosa y muy norteña ciudad llena de brío y puentes. ¡Ah como tiene puentes Saltillo!, que le ha dado Moreira, su gobernador, al que se ve que la gente de allá quiere y respeta como no vea usté.

Este “pelao” tiene detalles como son los de mandar a muy buen tiempo felicitaciones a sus colaboradores por correo a sus domicilios en sus cumpleaños; colaboradores como pueden ser funcionarios públicos de 3er., o cuarto nivel, médicos, ingenieros, licenciados, etc., que laboran en el IMSS, o la IP, pero que por algún hecho trascendente se han destacado obteniendo premios y distinciones en el estado.

Que detalle, mismo que ya por Puebla está olvidado, lástima. Pues llegamos al Museo del Desierto que está situado a las afueras de Saltillo sobre una loma y con una hermosa vista de la ciudad, no menos bella de Saltillo, amplio estacionamiento. En la taquilla por mis 60 cumplidos namás pagué 20 pesitos y viene lo bueno, para no hacérselas de “jamón” el “museaso” del desierto, un señor museo está armado en Pabellones, el I, o Pabellón del desierto y su pasado, sala riquísima en fósiles con el Isauria primer dinosaurio recolectado, estudiado y armado en México, un maravilloso Tiranosaurio Rex, o el Quetzalcoatius el reptil volador que surcó los cielos de Coahuila hace más de 70 millones de años, un gigantesco Pterodáctilo de más de 4 metros de ancho de alas.

Luego el Pabellón II, o del Hombre en el desierto bella descripción de aquellos pobladores que con arcos y flechas se ganaban la vida o la perdían en estas áridas llanuras, enmarcado todo por pinturas rupestres de lugares Coahuilenses, para luego llegar ahí mismo a lo que fue la fundación de Saltillo, los primeros pobladores y llegar hasta el famoso sarape de Saltillo, me extrañó y mucho que no se mencionara a nuestros vecinos tlaxcaltecas como parte de esta conquista y cultura ya que ellos fueron con los españoles quienes de hecho fundaron Saltillo y el nuevo Coahuila.

El Pabellón III, de evolución y biodiversidad, ejemplos de la paleontología universal, las eras geológicas y demás acciones del moderno pensamiento humano para saber de la evolución, bellas vitrinas con animales vivos. En el Pabellón IV un herpetario sorprendente, y en el área de descanso perritos de la pradera vivos detrás del vidrio o ventana del mismo te hacen carantoñas para que les des de comer, animales disecados de todo tipo, con escenarios de caza para tomarse fotos, exhibición de armas antiguas, jardín botánico y venta de cactitos en fin que no me alcanzaría el espacio para describir todo lo que es este museo maravilloso.

Solo me queda estar agradecido con los que idearon tan increíble manera de hacernos saber que el desierto no es tan árido como parece, es rico como la bella gente del norte. Ah, el oso negro que se exhibe vivo ese día no se dejó ver."

Carlos Mendoza