20 de junio de 2011

Amigos y colegas homenajean a Carlos Monsiváis


Como un incansable promotor cultural de aguda inteligencia, defensor de los derechos humanos, una brújula política de amplios sectores del país; amigos, colegas y familiares recordaron al escritor mexicano Carlos Monsiváis (1938-2010), en su primer aniversario luctuoso.

En el acto, efectuado el domingo pasado en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes, los escritores Sergio Pitol, Elena Poniatowska, Jenaro Villamil, Marta Lamas y Javier Aranda se refirieron a “Monsi” con cariño, al tiempo que hicieron un repaso sobre sus aportaciones a la vida cultural y política de este país.

Bajo el título de “Amor perdido, un año sin Monsi”, Poniatowska recordó con cariño a su entrañable amigo y habló sobre las cenizas del escritor que fueron depositadas en una de las salas en el Museo del Esquillo, en esta ciudad.

Afirmó que a un año de su muerte, “su risa matutina hace gran falta, una falta horrible” y lo calificó como un “hombre de ciudad”, tal como alguna vez lo llamó el también escritor Adolfo Castañón. “Amarlo era padecerlo”, indicó.

Subrayó que Monsiváis se ha convertido en un movimiento social, pues “cada vez que nos reunimos, la conversación termina con Monsi”.

“Su lucidez implacable, su inteligencia crítica, su falta de poder personal y su total ausencia de privilegios, lo convirtieron en un defensor de los derechos civiles; en el intelectual que más y mejor supo protestar por las violaciones a los derechos humanos, en el ciudadano que mejor denunció la inmensa ineptitud y la codicia de los políticos que nos gobiernan”, mencionó.

Por eso, agregó Poniatowska, sus seguidores somos un operativo al futuro, al que se le unen todos aquellos sobre quienes Monsi escribió: Carlos Pellicer, Guillermo Prieto, Ignacio Ramírez, María Félix, “Rius”, Carlos Fuentes, entre otros, porque Monsi nos metió a todos en la misma bolsa y ahora somos esta piñata deshilachada.